«Ya no sale con los amigos y ha abandonado su deporte favorito. Dedica todo su tiempo a lo académico y aun así no consigue salir a flote.»

Cuantas veces vemos casos de este tipo en nuestras consultas. Lo más importante es hacerle ver que padres, maestros y el logopeda, están ahí para ayudarle y facilitarle estrategias que minimicen  las dificultades específicas de aprendizaje. Además, no debemos descuidar el plano emocional. Una baja autoestima por los sentimientos de inferioridad, fobia a la escuela y actividades académicas e incluso el desgaste de las relaciones sociales y familiares podrían desembocar en una depresión. Parte importante de la solución es la detección temprana de las dificultades y un tratamiento adecuado y adaptado al problema. Ante los primeros síntomas, no lo dudes, acude a un logopeda colegiado.

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